La transformación digital está involucrada con todos los aspectos de la vida económica y social

No tener una formación acorde con los cambios tecnológicos o un plan para conseguirla ya no es una opción viable para conservar un buen nivel de vida. Adquirir habilidades complementarias, el reciclaje o la refundación profesional deben ser estrategias guiadas por realidades como la robotización, la inteligencia artificial o la ciencia de los datos.

HUMANO Y ROBOT, LO REPETITIVO Y LO FORMATIVO

El reciente estudio de PwC Will robots steal our jobs?, llevado a cabo en 27 países, revela que dentro de algo más de 10 años una gran proporción (el 34%) de los actuales esquemas y lugares de trabajo serán desplazados por los cambios tecnológicos.

Desde trabajos relativamente simples en cadenas de fabricación hasta funciones complejas del trabajo propiamente administrativo o técnico dejarán de estar en manos exclusivamente humanas. El avance combinado en robótica, inteligencia artificial más Big Data y Data Science, entre otros factores, está provocando que se aceleren ciertas predicciones de estudios que, por otro lado, llevan haciendo desde hace muchos años.

Es un hecho que la precisión matemática, la rapidez, la seguridad y el ahorro de recursos también estimulan planes de automatización en todos los sectores importantes de la Economía y la Administración y Dirección de Empresas, así como en la propia administración pública. Algunas fuentes que motivan estos cambios, como el Big Data y el Data Science, incluso tienen un estatus especial por sus inagotables posibilidades de desarrollo.

Naturalmente, estamos experimentando los mismos cambios que observan los países de nuestro entorno. Hace cerca de dos años la OCDE ya colocaba a Austria, Alemania y España juntas (entre las 21 naciones que forman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) como las economías europeas donde se vivirá con mayor fuerza el fenómeno técnico y sociocultural de la máquina que reemplaza a un humano en alguna tarea productiva.

Esta nueva revolución industrial afectará en primera instancia a la típica tarea repetitiva y manual. En el 2016 hubo alguna clase de “pistoletazo de salida” de implicaciones globales cuando apareció en los medios la noticia según la cual el gigante chino de componentes electrónicos Foxconn estaba implementando planes para reemplazar a 60 mil operarios con robots.

Pero con el tiempo, y no en un horizonte muy lejano, esos reemplazos se extenderán a otras esferas del trabajo, por ejemplo, aquellas donde interviene la toma de decisiones en base a datos. Es interesante subrayar que los estudios de la OCDE en esta materia tienen muy en consideración dos variables: la reiteración o la concentración de tareas repetitivas en un proceso de trabajo y el nivel y tipo de estudios de los “factores humanos” que intervienen en él. 

Otras opiniones calificadas han argumentado que la vulnerabilidad de una economía y las colectividades humanas que la componen, generada por la automatización, está en relación con la adaptabilidad a las nuevas tecnologías y el nivel formativo de sus trabajadores en cada una de sus áreas, pero relacionando éstas con las dinámicas propias la revolución digital y la innovación.

LA REVOLUCIÓN DIGITAL COMO OPORTUNIDAD

El estudio de PwC describe claramente tres momentos del viaje que eliminará el factor humano en ese 34% de empleos: para empezar, hasta comienzos del 2020 veremos la automatización de toda clase de intervenciones humanas simples en los procesos de fábrica. En el 2025, aproximadamente, las máquinas llenarán etapas complejas o compuestas de dichos procesos. Y llegaremos al 2030, momento caracterizado por la resolución de problemas en tiempo real.

La Inteligencia Artificial, el Big Data, la robotización, etc., afectarán más, y aquí está el verdadero dato relevante, al 44% de los cuadros productivos con vacios formativos para ir acorde con los cambios, al 39% con formación media y únicamente al 14% con conocimientos y herramientas más avanzadas y en consonancia con los tiempos.

Como es de esperar, los sectores económicos donde los cambios tendrán mayor incidencia estarán en la industria, los transportes, las telecomunicaciones, la banca o la logística. Ante todas estas previsiones, las grandes compañías y, en general, el mundo de la empresa, así como universidades de todo el mundo intentan prepararse de la única forma posible: con programas de estudios adelantados a necesidades que, en muchos casos, ya están aquí.

La única forma de convertir un cambio de futuro en nueva oportunidad (en lugar de otro capítulo de la ya perpetua crisis sistémica de nuestro modelo de crecimiento) es la inversión en formación. Más concretamente, invertir en una formación superior relacionada con la transformación digital y aplicada a sectores que, según estudios serios, se verán afectados antes que otros por la automatización.

Entre las varias opciones destacables durante este 2018, sobresale el Programa Modular en Big Data y Data Science de la UNED, que prepara ya su convocatoria 2019.

Si vamos a hablar de robotización, ¿qué hay mejor que empezar por el análisis de los datos que orientan esta nueva revolución industrial?   

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